Las 4 características de un buen líder que tenían los espartanos, según Agustín González

Hace más años de los que podemos contar, el rey Leónidas lideró a un sinfín de espartanos durante la guerra contra las fuerzas persas. Una época enigmática y poderosa que, si la analizamos bien, podemos evidenciar muchas características de un buen líder. Porque sí, incluso en la antigua Grecia era indispensable un buen liderazgo para avanzar.

Agustín González se sabe esta historia de principio a fin. De hecho, él ha aprendido grandes lecciones empresariales de los espartanos. Una nación que personificó el verdadero significado de luchar por sus ideales, de perseverar, y de dejar un legado únicamente a través de sus acciones.

Los espartanos, sin duda alguna, tenían muchas características de un buen líder

Y hablamos en plural porque, de acuerdo con Agustín, lo más impresionante de todo esto es que no solo su rey ejercía este liderazgo, sino que también cada uno de sus soldados. Estos guerreros, que eran miles, tenían una característica diferente de liderazgo. Podríamos decir que el rey Leónidas lideraba, sin duda alguna, a otros líderes que se comprometieron a capa y espada (literalmente) con la meta, todos estaban enfocados en luchar por el mismo objetivo, vivían y morían por ello, pero siempre manteniendo sus valores, su fuerza y su integridad.

De hecho, este era un selecto y enigmático grupo de guerreros del que no se conocen referencias por parte de ellos mismos. Solo podemos encontrar algunas frases que dejaron para la posteridad. Afortunadamente, podemos contar con los registros históricos de algunos pueblos aliados y enemigos, que interactuaron con ellos en el campo de batalla.

Gracias a ello, Agustín pudo conocer mejor a este antiguo pueblo, que pudo ser muchas cosas, pero sobre todo, fueron líderes y guerreros.

Solo analicemos la historia de Xeo, un esclavo sobreviviente a la guerra que se impresionó por el coraje de sus enemigos, así que fue obligado a contar la historia de batalla del rey persa. Xeo aprendió mucho sobre las características de un buen líder, no solo al ver a su propio pueblo luchar, sino también al analizar el comportamiento de sus enemigos.

Esto es lo que este esclavo dijo acerca del liderazgo:

“Un rey no permanece dentro de su tienda mientras sus hombres se desangran y mueren en el campo de batalla.

No cena mientras sus hombres pasan hambre, ni duerme cuando ellos están en vela en la muralla.

Un rey no ordena a sus hombres lealtad por miedo a no comprarla con oro; se gana el amor con el sudor de su frente y los dolores los soporta por ellos.

Lo que resulta la carga más pesada, un rey la coge primero y la deja el último.

Un rey no exige el servicio de aquellos a los que dirige sino que se los proporciona a ellos. Les sirve a ellos, no ellos a él”.

Gracias a esto, podemos deducir que los espartanos estaban dispuestos a los mayores sacrificios con tal de honrar a quien los lideraba.

De acuerdo con Agustín, en aquel entonces, el liderazgo no se trataba de quien ejercía más fuerza ni de quien liberara las batallas más sangrientas. Más bien, tenía que ver con el servicio, con tener la valentía suficiente para entregarse y sacrificarse por el prójimo. Tanto el líder como los soldados no dudaban en sacrificarse por el objetivo en común y por al amor a sus iguales.

 

Ellos pasaban al frente y se esforzaban por persistir. Compartían carencias, necesidades y desvelos, pero juntos. Eran leales, fuertes, poderosos y comprometidos con sus ideales.

Pero estas no fueron las únicas características de un buen líder que Agustín aprendió de los espartanos. De acuerdo con sus propias palabras, entre otras de sus virtudes podemos destacar:

Valores

Todo buen líder debe regirse por una serie de valores en los que se fundamente para actuar. Al analizar a los espartanos, se puedo confirmar que algunos de los más indispensables son el coraje, la solidaridad, la capacidad de sacrificio y el servicio.

 

Liderar con el ejemplo también es fundamental. Si nos vamos a la historia, podremos observar que el rey Leónidas no enviaba a sus mejores hombres a batallar mientras él se quedaba en casa. Al contrario, él siempre estaba al frente, sin miedo a sacrificarse por su pueblo.

Inteligencia emocional

Los guerreros de aquel entonces no sucumbían fácilmente ante sus emociones. Esto era muy importante para ellos, ya que así evitaban responder con miedo o ira a sus contrincantes. Ellos comprendían que si se alteraban, dejarían de pensar claramente, algo grave cuando se está batallando.

De hecho, consideraban que esas dos emociones eran las fuerzas gemelas de un estado de posesión: una perturbación de los sentidos que se produce cuando el terror o la ira toman el dominio de la mente.

Por ello, el líder debía tener la suficiente inteligencia emocional como para sostener siempre una actitud equilibrada, que le permitiera pensar las mejores estrategias para vencer.

Sentido del humor

Aunque te parezca increíble, entre las características de un buen líder que tenían los espartanos, también se encontraba el sentido del humor.

Estos hombres solían decir: “desvía la difamación con una broma. Ríete en su cara. Una mente que puede mantener su alegría no se desmoronará en la guerra”.

 

No podríamos estar más de acuerdo con esta frase, ya que efectivamente, las personas con sentido del humor son las más propensas a salir adelante durante las situaciones más desafiantes.

Responsabilidad

Por último, los espartanos tenían un sentido de natural responsabilidad. No la veían como una carga, sino como algo que sencillamente llevaban en su sangre. Era su responsabilidad luchar. Era su responsabilidad defender al pueblo. Era su responsabilidad liderar de la mejor manera posible, hasta alcanzar la gloria.

¿Qué opinas de las características de un buen líder que tenían los espartanos? ¿Te han inspirado a adoptarlas como propias? Recuerda que solo quien está dispuesto a aprender, puede avanzar.

Agustín González es una prueba de esto, ya que es capaz de adoptar lecciones empresariales, incluso de antiguos pueblos como este. Y nosotros te invitamos a hacer lo mismo.

Anímate a ser un gran líder y a emprender como nunca nadie lo ha hecho. Porque puede que no estemos en Esparta, pero ciertamente batallamos cada día con nuestros miedos y barreras mentales. Así que derríbalos como el gran guerrero que eres y lidera de la mejor manera posible.

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