4 lecciones empresariales que el empresario Agustín González ha aprendido de Pablo Picasso
Agustín González es un empresario capaz de aprender lecciones empresariales de la vida y de la humanidad. Él ve a cada personaje de la historia como un ser repleto de aprendizajes, y uno de sus más grandes maestros ha sido Pablo Picasso.
De hecho, él nos ha comentado que no solo le encanta ver los cuadros de este gran artista, sino que también ha aprendido grandes lecciones empresariales de él.
Por ello, al tener la oportunidad de ver sus obras en grandes museos, como el MoMA en Nueva York y el Museo del Prado en Madrid:, Agustín no solo se impresionaba con cada pincelada, sino que también percibía el profesionalismo, la innovación y la osadía que este pintor tuvo que tener para causar tal impacto en la humanidad.
Para González, Pablo Picasso fue mucho más que un artista, fue un emprendedor, un profesional y una leyenda que nunca se olvidará.
Creó un camino para recorrer
Picasso se valió de una extensa gama de técnicas y estrategias para crear las más grandes obras del siglo XX. De hecho, realizó un trabajo tan espectacular, que no únicamente cautivó a las personas de aquel entonces, sino que aún hoy muchos pintores se inspiran en su obra para realizar nuevas creaciones.
Este espectacular artista realizó un gran trabajo y forjó un camino para que muchos otros profesionales lo recorrieran, con diferentes nortes y maneras de transitarlo, pero con una convicción que los une: todos pueden lograr grandes cosas.
Consciente de esto, Agustín opina que todos deberíamos crear un camino que las futuras generaciones también puedan transitar, porque una de las cosas más bellas de emprender, es que puedes dejar un legado, una parte de ti, no solo para tu familia, sino para la humanidad.
Aprendizaje constante
Otra de las más grandes lecciones empresariales que dejó Pablo Picasso, es que nunca es recomendable quedarse anclado a una sola idea o a un único logro. Es importante continuar investigando, avanzar y hacerle justicia a esa maravillosa capacidad de expandir nuestra mente que todos tenemos.
Picasso no era como esos autores que, cuando hacen un descubrimiento, lo explotan hasta la saciedad. Él nunca se conformaba y continuaba evolucionando constantemente, lo que fue crucial para su gran éxito.
La constancia es clave
Picasso produjo alrededor de 2.200 piezas que lo convirtieron en el grabador más productivo de la historia. Desde 1904, él trabajó de forma continua hasta su muerte, sin perder ese ímpetu y constancia que tanto lo impulsaban. Aún en sus dos últimas décadas de vida, no se detuvo.
Vivir su trabajo positivamente y de manera constante, fue lo que le permitió haber logrado TANTO.
Esto deja en evidencia que la constancia es clave para alcanzar cada una de las metas que nos propongamos. De nada sirve trabajar por 12 horas durante un día, si al otro volvemos exhaustos y sin ganas de hacer nada, por lo que paramos el trabajo por 5 días más.
La pasión por lo que haces debe impulsarte a ser constante, pero de manera consiente, y enfocado en tus metas siempre.
Innovación y más innovación
A pesar de que partía de una formación, estilo y temas clásicos, Picasso logró innovar. Él exploraba diferentes maneras de retratar y llegaba a dominarlas todas de una forma excepcional.
Por todo esto, Agustín no solo ve a un pintor, sino también a un pionero, a un profesional y a un personaje del que todos podemos aprender grandes lecciones empresariales, para comenzar a emprender de la mejor manera posible.
¡Sigamos el ejemplo de los más grandes personajes de la historia! Y forjemos nuestro propio camino hacia el éxito.
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