Florencia Gómez, la empresaria que creó el GRAN negocio del que hoy está enamorada

Florencia Gómez Gerbi es una empresaria que comenzó a forjar su propio camino, rigiéndose por sus valores y por el amor a una cultura, a un material y a un estilo de vida del que se siente orgullosa de llevar. Ella ha creado el puente entre las personas que desean consumir un producto sostenible y quienes son capaces de crearlo, no solo con gran profesionalismo, sino también con amor y una gran cantidad de riqueza cultural.

Esta empresaria se ha enfocado en esparcir una tradición ecuatoriana espectacular, y nosotros la admiramos por ello.

Por eso hoy dejaremos que te cuente absolutamente todo acerca de ella y de su emprendimiento, a través de la siguiente entrevista.

¡Hola Florencia! Comencemos por conocer un poco acerca de ti. ¿Dónde y cuándo naciste?

¡¡Hola!! Gracias por convocarme, nací en Mar del Plata, Argentina, el 6 de noviembre de 1978.

Hoy eres una exitosa empresaria, fundadora de Greenpacha, una empresa dedicada en la construcción de sombreros y accesorios tejidos, que fusionaban el arte artesanal con diseños actuales. ¿Podrías contarnos cómo comenzaste este emprendimiento?

Greenpacha nació durante un viaje de surf, en Ecuador, ya que yo fui a visitar a mi hermana, quien vivía allí en aquel entonces. Estaba también mi sobrina de 6 meses, mi mamá y una amiga fotógrafa.

Fuimos a ver las tablas de palma, porque ese fue el primer producto que desarrolle con Greenpacha, tablas de surf. Sin embargo, luego un amigo ecuatoriano nos sugirió que hiciéramos el camino del sombrero de paja de hojilla. Así nos embarcamos en la aventura y nos enamoramos de todo el proceso, de la tradición y de toda la historia que tiene el sombrero detrás.

¿Qué valores fueron indispensables para darle vida a este gran proyecto?

Fundamos Greenpacha con valores, como el valor por la naturaleza, el respeto por los artesanos y la valorización de lo hecho a mano. Greenpacha significa tiempos verdes. De hecho, Pacha quiere decir madre tierra en el idioma quechua y también en aimara, significa época, entonces quiere decir como época verde.

Con esa visión propusimos esos valores de sostenibilidad, con respeto por lo humano y por lo cultural, y también agregando un valor para el uso contemporáneo.

¿Qué fue lo primero que te cautivó de esas mujeres indígenas ecuatorianas que practicaban la antigua tradición de tejer sombreros en la playa?

En Ecuador, las artesanas nos recibieron con mucho amor, buena onda. Nos cocinaron comida típica, y sus sonrisas… la verdad es que fue una bienvenida tan cálida y hermosa, que decidimos ayudarlas y dejarlas que nos ayuden también, porque a lo largo del tiempo nos dimos cuenta de que ellas también nos estaban ayudando a nosotras.

Así que fue un gran intercambio de amistad con ellas. Compartimos sus tradiciones, nos vestimos con su vestimenta, jugamos al carnaval, realizamos paseos a ruinas antiguas y sagradas. La verdad es que pasamos tantas cosas lindas, que nos cautivó ese vínculo de aprender entre mujeres. Nosotras viviendo una vida tratando de ser conscientes con nuestro entorno, y ellas que viviendo del cultivo de tierra y del cuidado de los animales. Quedó esa esencia en el tiempo. Fue algo hermoso que vivimos desde el principio, y son muy alegres también. Eso nos encantó.

¿Cuál fue tu principal visión con Greenpacha?

Ahora tiene vida propia, es una visión que pueden compartir muchas personas, de tratar de ser más sostenibles y no contaminar. Greenpacha ahora es algo que viene de la tierra y que vuelve a la tierra, y da mucho impacto positivo, porque la palma viene de una semilla, se corta a mano, se hierve en agua, se seca al sol, se teje con las manos. La verdad que todo el proceso es super natural. Nosotras aportamos el elemento de diseño y ese diseño aporta la cuota de modernidad y de uso actual que está buenismo.

Entonces, Greenpacha es como ese puente que une a las mujeres que trabajan con la tierra y a quienes desean realizar un consumo más consiente, que valoran toda esa cultura de volver a la tierra y a lo simple, el amor por su manera de vivir y por los animales.

Es como un circuito mucho más natural que se preserva en el tiempo. Es un aporte esencial a la industria, una conexión entre el mundo contemporáneo y el consumo consciente.

Entonces, honrar y preservar esta tradición de ese tejido, fue una de las visiones primordiales de Greenpacha.

¿Qué tuviste que hacer para acercarte o conseguir esta meta?

Para poder entender esta tradición, compartimos mucho con ellas, intentamos nunca imponer nada, ir con una actitud de escucha en lugar de hablar de diseño de negocios.

Compartíamos con ellas, y en ese compartir salían cosas muy bellas, y ya a lo último sí hablábamos de trabajo. Entonces, a lo largo de los años nos ganamos su confianza.

Todo fue con mucha paciencia y honestidad. Decir “bueno, esto es un intercambio” no es que nosotras venimos acá a hacer caridad, venimos a aprender. Entonces, de esas ganas de aprender nos ganamos su confianza y una vez que tuvimos eso, se comenzaron a abrir las puertas para Greenpacha, fue como una bendición.

¿Qué hace tan especial al material con el que se tejen los sombreros de Greenpacha?

La palma toquilla es el material con el que hacemos todos nuestros sombreros. Crece en la costa ecuatoriana y es una planta autóctona de esa zona, no crece en otros lugares. Entonces, tiene esa particularidad, y crece bastante como si fuese hasta una plaga, muy sosteniblemente. Todo el proceso es artesanal.

Tipo a las 4:00 AM cosechan la paja y después separan la parte más dura del néctar de la palma, y con el néctar de la palma es que hacen los sombreros, y también se cortan las finas hebras. Posteriormente, se hierve el agua, y doy fe que esa agua es sin químicos, porque me tomé el té para probarlo jaja y después se calza la paja. La palma toquilla es muy noble, tiene una gran flexibilidad para doblarse, entonces es sencilla de manejar.

¿Por qué mantener la producción en manos de las familias tejedoras ecuatorianas?

La producción de sombreros no puede ser de otra manera, porque tejer la paja toquilla tiene su complejidad. Estas señoras tienen una tradición que ha pasado de generación en generación y han aprendido de una manera impresionante. Nosotras esperamos, algún día, que las nuevas generaciones quieran aprender.

De momento, hay 2 mil tejedoras en Ecuador y abastecen al mundo, así que imagínate lo difícil que es mantener esta tradición. Pero bueno, la demanda ha crecido muchísimo y nos contenta que al parecer se vaya a mantener la tradición.

¿Con cuales 3 principales palabras definirías a los sombreros de Greenpacha?

Como una sombra natural y personal. Si encuentras a Greenpacha, te enamoras de ese objeto y se convierte en algo que ya forma parte de tu ser. Es muy loco lo que sucede al formar un vínculo con un buen sombrero jeje.

¿Qué sientes al ver hacia atrás, y notar que has logrado edificar un emprendimiento enfocado en la cultura y en la ecología?

Cada vez que pasa el tiempo, me enamoro más de Greenpacha. Al principio fue todo muy intuitivo, no sabíamos bien hacia donde íbamos y yo tampoco sabía mucho sobre sombreros, pero con el tiempo fue tomando forma. Como todo en la vida, cuando crecemos nos ponemos mejor, y cada día me enamoro más, porque es hermoso y está entrelazado con una importantísima tradición latinoamericana. Así que ya ha tomado vida propia.

¿Qué habilidades crees que han sido indispensables para mantener en constante crecimiento tu empresa?

Hoy por hoy cualquier empresa precisa un alma creativa, mucha perseverancia y no tomarse las cosas de manera tan personal, especialmente en los negocios. Hay que seguir adelante. Entonces diría que perseverar y apasionarse por lo que uno hace, incluso en los momentos grises o de poca inspiración, es importante seguir adelante.

¿Cómo logras mantenerte atenta a los detalles en tu negocio?

Con mucho amor por lo que hago. Si bien hay días de poca motivación, veo para atrás y veo que le he puesto mucho amor, y eso me impulsa a seguir. La verdad es que estoy enamorada de lo que estoy haciendo y eso me ayuda a perfeccionar cosas y a armar un buen equipo de trabajo. Sin mi equipo, yo no hubiese logrado nada de lo que alcanzado.

¿Qué recomendarías para mantener la motivación a pesar de las adversidades?

Confiar en el proceso, porque hay momentos oscuros en los que no salen las cosas, pero hay que seguir confiando. Yo me mantuve con mucha confianza en esta tradición, que tiene una fuerza imparable. También no quedarse en la confianza, sino también darle mucha creatividad y saber manejar bien los tiempos.

Yo soy un poco más de la parte creativa y artística, pero por suerte cuento con personas que me ayudan muchísimo con la parte empresarial. También ayuda que Greenpacha está viva, porque forma parte de una cultura, entonces esto también influye.

¡Sabemos que eres surfista! ¿Suelen surgirte ideas de negocio mientras te encuentras en el agua surfeando?

Surfear es mi vida, y básicamente el motivo por el que empecé Greenpacha, porque estaba en Ecuador precisamente por el surf jeje. Estar en el mar es siempre renovador, te sube la energía, te pone positivo, te limpia la mente. Surfear es lo máximo. Así que sí, realizar este deporte siempre me ha ayudado muchísimo para todo en la vida, incluyendo desarrollar Greenpacha.

En cuanto al estilo de tus sombreros. ¿ Cómo sueles combinar lo actual con el tejido?

El tejido es la base, y a partir de ahí se pueden hacer un montón de combinaciones. En este caso las estrellas son las tejedoras. Nosotros nos inspiramos en su trabajo y creamos, pero las que materializan las ideas son ellas.

De acuerdo a tu experiencia. ¿Qué factores son indispensables al momento de internacionalizar un negocio?

Greenpacha fue fundada y creada en California, y bueno, como todos sabemos EE.UU es el lugar para hacer negocios e internacionalizar cualquier cosa. Sin embargo, hay mercados más difíciles, pero nosotras ahora estamos enfocadas en Estados Unidos y en Argentina, todavía no fuimos al mercado europeo. Lo intentamos un poco, pero no tenemos distribución allá y a veces nos compran sombreros desde Alemania, pero el envío es complicado. Sin embargo, estamos buscando cada vez más vías para enviar.

¿Qué es importante tener en cuenta al momento de presentar correctamente una idea, producto, o servicio a una cultura totalmente diferente a la tuya?

Para estudiar otros mercados hay que ver el uso de la gente, qué les gusta y tener claro el target. En nuestro caso es bastante amplio, porque como es un sombrero liviano, fácil de transportar y de llevar, entonces sirve para niños y adultos, pero mayormente nuestro público es desde los 25 a los 50 años. En cada país es distinto. Nosotras, de a poco estamos ampliándonos a otros mercados.

Si nunca te hubieses topado con las mujeres tejedoras ecuatorianas. ¿Crees que igual habrías creado Greenpacha? O ¿Hubieses emprendido otro tipo de negocio?

Si, porque Greenpacha nació con la idea de hacer tablas más ecológicas para surfear. Entonces, por ahí hubiese tomado ese camino y, de hecho, en un futuro puede que vuelva a hacerlo. Sin embargo, el viaje que estoy tomando ahora es con las rosas, con las plantas. Ahora estoy haciendo una crema de rosas, ingresando al mundo de la biocosmética y el arte botánico, trabajando con agua de rosas.

Así que estoy en ese emprendimiento como una línea nueva de Greenpacha, que se llama La Flor.

También sabemos que eres esposa de Fernando Aguerre, quien es presidente de la Asociación Internacional de Surf, quien logró incorporar al surf en los juegos olímpicos. ¿Cómo se sintieron al ver este deporte como parte de los juegos olímpicos de Tokio 2020?

El surf olímpico es un sueño de Fernando, que también fue el sueño de un hawaiano que fue un gran nadador olímpico, que le dijo al comité olímpico internacional que deberían incluir el surf olímpico.

Fernando siguió este sueño y después de más de 20 años lo logró. La verdad es que fue algo impresionante, y yo tuve la suerte de acompañarlo en los últimos 11 años de su tarea y fue maravilloso ver como lo logró, la pasión que le puso, el tiempo las horas y la dedicación. Todo por amor al deporte.

Por último. ¿Qué piensas de nosotros, WiduLife?

Gracias por convocarme, me parece que está buenísima la propuesta de una plataforma para emprendedores y para gente apasionada por llevar adelante un sueño. Está muy bueno poder leer sobre otras personas que están en ese mismo viaje y es muy enriquecedor formar parte de esto. Espero que le sirva a mucha gente.

¡Gracias a ti Florencia! Por aceptar formar parte de nuestras entrevistas y por tomarte el tiempo necesario para aportar tanto VALOR en cada una de tus respuestas. Nosotros estamos convencidos de que estas ayudarán e inspirarán a muchísimas personas a emprender su propio camino profesional y a apasionarse realmente por lo que hacen.

¡Sabemos que llegarás aún más lejos! ¡Éxitos!

Quizás, si has llegado hasta aquí con la lectura, estés interesado en emprender o en crear un ingreso pasivo extra para alcanzar el estilo de vida que deseas sin más compromisos. Si esto es así te invitamos a que visualices la información debajo de este texto, haciendo clic en la imagen. ↓↓↓

Se trata de una oportunidad que ha permitido a millones de personas abandonar sus trabajos tradicionales y alcanzar el nivel de vida que deseaban. ↓↓↓

Nos encantaría que la próxima historia de éxito que publiquemos sea la tuya. ↓↓↓

¡Te esperamos!