Laureano Debat: un periodista cultural que ha forjado su propio camino
La vida está repleta de grises que vale la pena experimentar. Puedes ser emprendedor, y aun así colaborar con todos los proyectos que te apasionen o capten tu atención, nadie te restará méritos por ello. De hecho, de esta manera también podrías edificar una gran carrera, repleta de logros y enseñanzas por los que las personas y otras organizaciones te podrían premiar. Así lo ha demostrado Laureano Debat, quien es periodista cultural, cronista de viajes y redactor de contenidos online.
La palabra “emprendedor” puede abarcar mucho más que rentar un local e invertir dinero.
Por ejemplo, Laureano trabaja por su cuenta, es colaborador de otras empresas, escritor, e incluso docente, pero sobre todo, es un ser de logros que ha recorrido un camino impresionante.
Él es observador, analítico, perseverante ¡Un ser humano que merece la pena conocer! Por ello hemos decidido presentártelo a través de la siguiente entrevista.
¡Hola Laureano! ¿Cómo estás? Comencemos por saber un poco de ti. ¿Dónde y cuándo naciste?
Nací en Lobería, un pueblo ubicado en la costa atlántica bonaerense en Argentina, en 1981. Y viví 10 años en la ciudad de La Plata.
Luego te mudaste a Barcelona. ¿Cuál fue tu primera impresión de la ciudad?
El orden y el silencio, algo que enseguida comprobé que no era así. Supongo que por eso le llaman “primeras impresiones”.
Creo que fue porque venía de una ciudad bastante ruidosa y, en un inicio, Barcelona me transmitió alguna idea de calma, pero creo que también tuvo que ver con que yo venía predispuesto a vivir un tiempo más relajado. Y así fue: llegué para estudiar un máster y viví con una beca durante un año.
Tardé pocos días en comprobar que Barcelona tenía su propio caos y sus propios ruidos, porque los sitios ordenados y silenciosos no me gustan para vivir, no confío en lugares así.
Hoy eres periodista cultural, cronista de viajes y redactor de contenidos online. Además, colaboras para diferentes medios de comunicación de España y de Argentina, eres docente y te desempeñas como copywriter SEO y Community Manager. ¡Sin duda alguna has edificado una gran carrera! ¿Cómo consideras que te ha ayudado la digitalización a lograr esta admirable trayectoria?
Mucho. Hace años que trabajo en un entorno casi exclusivamente digital y a distancia, mucho antes de que todo esto se haya normalizado durante el confinamiento por la pandemia.
He tenido que aprender muchas cosas, porque no soy nativo digital, y siempre estoy descubriendo nuevas herramientas. Eso me resulta fascinante. Al mismo tiempo, lo tengo todo tan naturalizado que ni siquiera me detengo a pensar en que interactúo en un entorno digital, lo he asumido como una parte natural e imprescindible de mi vida.
¿De qué manera organizas tu tiempo para lograr trabajar en todos tus proyectos?
Tengo identificadas las franjas horarias en las que suelo ser más productivo. Estas suelen ser las primeras horas de la mañana y las primeras de la tarde. Pero a medida que se acerca el mediodía o la tarde-noche, sé que no rendiré tanto y reservo para ese momento las tareas más suaves o las que requieren menos esfuerzo.
También es fundamental el deporte. Trato de ir gimnasio tres veces por semana, salir en bicicleta algún día del fin de semana, y cumplir a diario con las ocho horas de sueño recomendadas, cosa que nunca consigo ¿Alguien puede?
El fin de semana intento descansar y dedicarme solo a lo que me gusta o a proyectos personales que no tengan que ver con el trabajo que hago para vivir, así que aprovecho para leer, escribir, ir al cine, salir de tapas. Aunque hay findes en los que no queda otra que trabajar.
¡Has ganado el XXXVII Premio Unicaja de Artículos Periodísticos! Felicidades. ¿Cuántas horas te dedicaste a trabajar y qué consideras que tuviste que sacrificar para conseguir este gran reconocimiento?
No sabría decirte la cantidad de horas, pero sí que fue un trabajo intenso, de mucha documentación, revisar libretas de mis viajes y contactar con algunas fuentes para que me den alguna información que necesitaba.
No tuve que sacrificar nada, fue un artículo que me encargaron, que disfruté mucho escribir y que tuve la suerte de que lo reconocieran en un certamen.
La idea de sacrificio creo que no entra en cómo concibo lo que hago, aunque técnicamente esté presente, por ejemplo, cuando en vez de salir o de hacer alguna actividad de ocio o de relajación, estoy escribiendo. Pero no lo veo como un sacrificio. Yo elegí este camino. Me gusta más pensar en la idea de esfuerzo antes que en la de sacrificio.
¿Crees que todo profesional y emprendedor debería aspirar y trabajar para recibir algún premio a lo largo de su trayectoria o deben dejárselo al destino?
Eso es muy personal y no seré yo quien diga cómo debe comportarse un profesional con respecto a los premios. Si hay gente que trabaja para alcanzar ese tipo de logros, perfecto. En mi caso, ni siquiera lo pienso y nunca trabajo pensando en que me tienen que premiar, sobre todo porque un premio es un reconocimiento que depende de muchos factores que están fuera de mi voluntad. Yo trato de trabajar para premiarme a mí mismo y estar conforme con la calidad de lo que hago, con la excelencia y con que eso me permita seguir ganándome la vida haciendo lo que más me gusta.
Si hay un determinado momento en el que una institución o un grupo de personas deciden que una parte pequeña de tu trabajo merece ser premiada, perfecto, lo recibo con alegría porque es un reconocimiento a una tarea que suele ser bastante solitaria. Pero entre los objetivos de mi trabajo como periodista y escritor no figura la aspiración de ganar premios ni escribo para eso.
También has escrito tu libro, Barcelona Inconclusa. ¿Por qué este título y que quisiste transmitir con esta gran obra literaria?
Tiene que ver con esa imposibilidad de ver a la ciudad como un todo completo. Barcelona tiene la capacidad de mimetizarse y cambiar de color y de forma depende de quien la mire, algo que muchas ciudades tienen, pero esta puntualmente genera la ilusión inicial del orden, del silencio y de la armonía que comentábamos antes.
A medida que uno la va descubriendo, se da cuenta de que el caos es más profundo del que había imaginado y, por lo tanto, se trata de una ciudad mucho más compleja e interesante que la que se muestra en las postales. El libro intenta recoger la huella de, más o menos, 7 u 8 años de escribir sobre ella en un blog, de caminarla y de recorrerla desde múltiples rincones y con una mirada que fue cambiando y mutando a través de los años.
Además, has participado con un cuento en la antología “Pasaje de ida” (Alfaguara, 2018), sobre escritores argentinos que residen fuera del país. ¿Qué enseñanzas te dejo esta experiencia? Y ¿Qué crees que le enseñaste tú a los lectores?
Fue muy bonito formar parte de esa selección y estar al lado de gente que admiro mucho como Rodrigo Fresán, Ariana Harwicz y Patricio Pron. Escribir algo específico para el libro, a pedido del editor Juan Pablo Bertazaa, fue un ejercicio interesante.
Escribí un cuento en el que imagino una app para turistas masoquistas que les gusta ser maltratados por la gente que nació en Barcelona. Me sirvió para investigar sobre un tema que me interesa mucho, que es el turismo. Con respecto a la segunda pregunta, creo que no les enseñé nada a los lectores, prefiero pensarlo como algo que les mostré para que ellos saquen sus propias conclusiones. No me gusta la literatura que intenta dejar enseñanza y trato de que la mía nunca se convierta en eso.
¿Cuál es tu estado de ánimo preferido para escribir?
No lo sé con certeza. Escribo siempre… cuando estoy triste, cuando estoy feliz, cuándo estoy apático, cuando estoy apasionado. Todos los días escribo porque es una especie de adicción.
Entonces, escribo entre todos esos estados de ánimo, aunque el aburrimiento podría definirse, según tu pregunta, como el estado de ánimo no sé si preferido pero sí el más recurrente al momento de la escritura. Supongo que, entre muchas otras razones, escribo como una manera de soportar el aburrimiento.
Más allá de tus palabras. ¿Qué crees que dejas de ti en cada texto? ¿Cómo se podría reconocer uno de los textos de Laureano Debat?
Dejo mucho: trabajo, investigación, dedicación, entrega por la palabra escrita, lecturas críticas y un espacio para que el lector ponga lo suyo y complete lo que lee con su propio espíritu crítico, con su rol activo.
Esto último contesta a la segunda pregunta: si parte de todo eso se reconoce o no, dependerá del lector. Yo ahí no me meto. Mi trabajo termina cuando se publica el texto. Lo que pase después escapa de mi control y esa es la gracia. Por ejemplo, cuando alguien te comenta que leyó algo tuyo desde un punto de vista que jamás te habrías imaginado.
Dicen que dónde existe incomodidad, hay aprendizaje. ¿Cuál es el momento en el que te has sentido más incómodo a nivel profesional y qué te enseñó?
Cada vez que me planteo un proyecto, la incomodidad entra en él, justamente por esto mismo que planteas en la pregunta, porque cada experiencia es un aprendizaje. No tiene que ver con un mensaje moral ni mucho menos, sino con algo más simple, la certeza de que siempre tengo cosas por aprender, todo el tiempo, que no sé nada o que sé poco o que hay mucho que no sé y que quiero saber.
Cada artículo que pienso para escribir en medios o cada proyecto de libro nace por esas ganas de aprender, de saber sobre ciertos temas. Y necesito una excusa para saldar esa falta, algo que me permita trasladar lo que aprenderé a un corpus específico. Por eso elijo trabajar, generalmente, en torno a un proceso de escritura.
Todo eso siempre genera incomodidad, inquietud, dudas, incertidumbres y miedos. Siempre es incómodo no entender o meterte con recuerdos no tan lindos del pasado, por ejemplo. Pero con los años me he hecho amigo de todas esas sensaciones y he dejado que me acompañen, aunque muchas veces sean incómodas.
Entre tantos proyectos y responsabilidades profesionales. ¿Cuál crees que es la mejor manera en que un emprendedor puede reencontrarse consigo mismo?
Yo no soy un emprendedor en el sentido empresarial del término. Trabajo por mi cuenta y para muchos clientes, pero no sé si eso me convierte en uno. Entiendo que la idea de emprendedor tiene que ver con alguien que invierte dinero, que arriesga inversión en algún proyecto. En mi caso, soy una persona que vende su fuerza de trabajo. Emprendo muchos proyectos, todo el tiempo, pero no en el aspecto empresarial de lo que se entiende por emprendedor. No tengo dinero para invertir, no tengo formación financiera, no sé nada al respecto.
Diría que estoy conmigo mismo cuando escribo, cuando leo algo que me sirve para aplicar en lo que estoy escribiendo, cuando veo algo en la calle o en una película y eso va a parar a mi proyecto, cuando viajo para escribir. Cuando vivo de manera completa e integral la experiencia de la escritura.
¿Qué es lo que más te conecta con tu libertad?
No tener que ir a una oficina cada día durante 8 horas de lunes a viernes. No tengo nada en contra de eso. De hecho, si tuviera que hacerlo porque hay un proyecto que me apasiona, lo haría encantado, pero, en general, los trabajos de oficina y rutinarios que he tenido se han ubicado en las antípodas.
La parte más interesante de mi carrera profesional ha sucedido como freelance y a distancia, o dando clases una vez por semana o yendo a una oficina de vez en cuando y el resto del trabajo haciéndolo en mi casa, en un bar o en una biblioteca.
Respondiendo concretamente a la pregunta, lo que más me conecta con mi libertad es ser artífice de mis propios proyectos.
Desde tu perspectiva. ¿Qué es lo primero que un empresario debería revelar de sí mismo a sus futuros clientes para conectar con ellos?
Mi sentido empresarial no está muy desarrollado que digamos y no sé si puedo aportar mucho al respecto. Pero si importa mi opinión en este sentido, supongo que un empresario debería tener confianza y empatía en un cliente, además de ofrecer un buen servicio, sea lo que sea que venda.
¿Cómo se puede motivar a un grupo de personas para que continúen aprendiendo?
Hace varios años que trabajo como docente de talleres de escritura y de literatura y creo que la docencia es un pacto, un acuerdo que uno establece cada cierto tiempo con un grupo de personas interesadas en aprender o en formarse en algo de lo que tú estás capacitado para enseñarles. En teoría, porque en la práctica es donde uno demuestra si esto es así o no.
Dentro de ese pacto, el profesor tiene que transmitir conocimiento, confianza y respeto, tres cosas fundamentales para que ese grupo de personas cumpla su parte del pacto que es tener una actitud proactiva, leer, escribir y esforzarse.
Para que suceda todo eso, esas personas se tienen que sentir cómodas y seguras de que el profesor es el ideal para encabezar ese proceso educativo. Y algo fundamental, es escuchar a las alumnas y los alumnos, creo que un buen profesor (así como un buen periodista o un buen escritor) es el que sabe escuchar. En mi caso, además, tengo la suerte de trabajar con la Escola d’Escriptura del Ateneu Barcelonès, donde los programas académicos son excelentes y cuentan con una plantilla que ayudan y apoyan mucho a los profesores.
¿Cuáles son los conocimientos de Marketing que crees que todo empresario debería aprender?
Llevar redes sociales, escribir contenido web o diseñar estrategias de Marketing de Contenidos lleva tiempo, esfuerzo, dedicación y formación. Y eso se debería pagar como corresponde y no como un mal menor que muchos empresarios consideran actualmente. Por eso, lo que debería aprender de Marketing todo empresario es a darle el valor que se merece.
¿Qué le aconsejarías a un emprendedor desmotivado para que conecte de nuevo con su creatividad?
Primero habría que ver los motivos de esa desmotivación. Sí está desmotivado por algo que depende de su voluntad, por ejemplo, que ya no le interese lo que está haciendo y quiera cambiar de sector, le aconsejaría que lo haga ya mismo porque la vida es corta. Pero si esa desmotivación es por un tema económico, que no consigue que le paguen lo suficiente por el trabajo que hace o porque el entorno institucional no lo ayuda, pero le sigue apasionando lo que hace, le aconsejaría que se una con otros emprendedores y reclame sus derechos.
Por último. ¿Qué piensas de nosotros, WiduLife?
Que hacen muy buenas preguntas. Me encantan las cremas y los productos de vuestra tienda.
Gracias Laureano, nuestras preguntas se rigen por lo que nos inspira el entrevistado, y tú nos has transmitido muchísima profesionalidad, perseverancia y pasión por el camino profesional que has elegido. Por ello estamos encantados de que ahora formes parte de nuestras entrevistas.
¡Sabemos que continuaremos escuchando sobre ti! ¡Mil éxitos!
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