Conoce cómo Warren Buffett llegó a ser el mejor inversor de la historia
Warren Buffett es conocido como el mejor inversor de la historia, de hecho, de acuerdo con Forbes, este hombre cuenta con una fortuna de más de 10 mil millones de dólares. Pero, por supuesto, Buffett no llegó hasta donde hoy se encuentra de la noche a la mañana, de hecho, fueron necesarias muchas horas de trabajo y esfuerzo para ello, y ¡A nosotros nos encanta su historia de éxito! Porque nos motiva siempre a ir a por más.
Así que hoy te contaremos todo lo que necesitas saber sobre el inversor Warren Buffett.
Conocerás su infancia y adolescencia, sus primeros pasos en el mundo de las inversiones, las decisiones que lo llevaron a convertirse en uno de los mejores hombres de negocio de la actualidad y mucho más. Así que vayamos a por ello ahora mismo.
Warren Buffett nació en Omaha, Nebraska, el 30 de agosto de 1930… sí, justamente cuando comenzaba la Gran Depresión. De hecho, un año después de su nacimiento, su padre (quien era corredor de bolsa) perdió su empleo y todos sus ahorros, lo que hizo que los primeros 6 años de vida de Buffett fueran afectados debido a la escasez monetaria.
Pero lejos de afectarlo, dicha situación lo motivó a desear profundamente ser rico, y no había día en que el pequeño Warren no imaginara el momento de serlo.
Afortunadamente su padre consiguió un mejor empleo con el pasar del tiempo, y comenzaron a vivir cada vez mejor, pero esa llama de superación ya estaba encendida, y Buffet no iba a descansar hasta cumplir su sueño.
Su padre, quien notaba sus ansias por el dinero, le enseñó el mundo de la Bolsa. Lo que sería una constante en los años de la infancia de Buffett, ya que era un emprendedor nato.
Tan solo a los 5 años, Warren ya vendía chicles por su vecindario, un par de años después comenzó a vender limonada, luego se animó, junto a un amigo, a trabajar cargando palos de golf. Hasta que a los 10 años comenzó a seguir los precios de las cotizaciones por su cuenta, desde su casa.
Un mundo de posibilidades se abrió ante sus ojos, por lo que tan solo un año después hizo su primera inversión en Bolsa, comprando tres acciones preferentes de Cities Service Company, a un precio de 38 dólares por acción.
Dicha acción cayó a 27 dólares, y luego subió a 40 dólares, momento en el que Warren vendió y consiguió su primer beneficio como inversor. Sin embargo, poco tiempo después, la cotización llegó a los 200 dólares, enseñándole una valiosa lección al joven Warren… la paciencia es indispensable a la hora de invertir.
En 1942, el padre de Warren decidió dedicarse a la política, logrando ganar unas elecciones como congresista por el Partido Republicano. Así que la familia Buffett debió mudarse a Washington, donde el joven inversor realizó su primera declaración tributaria, a la edad de trece años.
Warren comenzó repartiendo el periódico The Washington Post, para después ser repartidor de otros periódicos competidores. De acuerdo con él, si un ciudadano no estaba contento con el Washington Post, se iría con la competencia más cercana. Buffet lograba conseguir 175 dólares mensuales con dicho empleo, ahorrando cada centavo.
Los años pasaron, pero la pasión de Warren por las finanzas se mantenía intacta, bueno… en realidad ésta solo incrementaba, por lo que un poco antes de culminar la preparatoria, el joven ya estaba pensando en cursar una carrera en inversiones.
Sin embargo, al graduarse, su padre le recomendó aplicar para The Wharton School. Buffett no quería, pero hizo caso a su padre y aplicó para esta universidad, vendiendo sus negocios. Solo duró dos años allí, ya que sentía que sus profesores no le enseñaban demasiado sobre inversiones.
Aprendiendo del mejor
Un día, un amigo de Warren le comentó que Benjamin Graham, el gran experto en inversiones, enseñaba en la Universidad de Columbia. Buffett ya estaba familiarizado con él, ya que había leído su libro: El Inversor Inteligente. Así que no dudó en asistir a su clase.
Buffett era muy participativo, entusiasta y siempre tenía algo que decir. Se convirtió en el alumno prodigio de Graham, llevándolo a ser el único al que este gran experto le otorgó un A+, la máxima calificación posible.
Gracias a las enseñanzas de Ben, Warren pudo conocer a otros inversores legendarios, como Walter Schloss, Tom Knapp, Tweedy, Browne y William Ruane, concretando relaciones estratégicas que también le aportarían mucha información, tips y datos claves que le ayudarían a desempeñarse mucho mejor en el mundo de las inversiones.
Buffett se graduó en 1951, quiso trabajar gratis junto a su mentor, Graham, pero éste lo rechazó por no ser judío, así que Warren regresó a Omaha para comenzar una nueva aventura. Comenzó a trabajar en la nueva firma de corretaje de su padre, donde vendía recomendaciones de acciones. Pero no estaba feliz, ya que no era un gran vendedor y su verdadera pasión estaba en el análisis y en las inversiones.
A pesar de ello, el joven Warren decidió inscribirse en un curso impartido por Dale Carnegie, para poder hablar en público. Lo culminó exitosamente y se animó a dar una clase de análisis de valores por las noches en la Universidad de Omaha. No lo podía negar más, Warren deseaba convertirse en el mejor inversor de la historia. Con esto en mente, en 1973 Warren comenzó a invertir en The Washington Post, el periódico que repartía en su juventud.
En 1974 ascendió a director de la compañía de medios, mientras paralelamente comenzó a invertir en otras empresas de periódicos y en agencias publicitarias, debido a que sus costos eran bajos en comparación con otras organizaciones.
Llegaron los 80’s
Esta década fue clave para el éxito y la fortuna de Berkshire Hathaway: una sociedad de inversores que era dueña total o parcial de las acciones de varios grupos empresariales. Buffett y Munger notaron esto, así que invirtieron en todo tipo de negocios: mineras, aseguradoras, retailers, medios de comunicación, tabaco y muchos más. Incluso, en 1983, Warren compró Nebraska Furniture Mart.
En 1988, Buffett también notó que la empresa Coca-Cola atravesaba por algunos problemas, entre ellos el gran fracaso de la New Coke, así que adquirió el 7% de la empresa.
Durante estos años comenzó a popularizarse, ampliando su círculo de amistades a políticos, estrellas de cine, empresarios y periodistas. Se comenzaba a forjar la imagen del mejor inversor de la historia.
Llegó el año 2002 y Warren fue nombrado el mejor Money Manager del siglo XX, solidificando su posición como uno de los grandes de la industria. Para ese entonces, ya había logrado su objetivo, convertirse en el hombre más rico del mundo y en el mejor inversor de la historia.
Volvemos al presente
En 2004, Bill Gates, quien lleva años siendo amigo de Warren, fue elegido para forma parte de la junta directiva de Berkshire.
Dos años después, Warren anunció que donaría el 99% de su fortuna a varias fundaciones familiares, incluyendo la Fundación de Bill y Melinda Gates, siendo el acto caritativo más grande de la historia de los EE.UU.
En 2007 anunció a sus accionistas que estaba buscando a un joven sucesor para continuar con su legado.
En 2010 fundó la empresa The Giving Pledge, junto a Bill Gates, con el objetivo de reclutar más multimillonarios para donar sus fortunas.
Hoy en día, Warren Buffett continúa siendo el mejor inversor de la historia, incrementando su fortuna y apoyando causas filantrópicas. Inspirando a miles de personas a seguir sus pasos, incluyéndonos.
Así que esperamos que esta historia de éxito te haya parecido interesante, y te haya motivado a ir a por todo por cumplir tus metas. De todos modos, en WiduLife siempre podrás encontrar más historias de empresarios inspiradores.
¡Nos vemos en la cima!
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